
Este año Carlos lo enviamos a Schesbury y no puímos soportar el coste de enviara a Javier también, así que le apuntamos como familia de acogida de una serie de americanos del Portland. Dos semanas preciosas e intensas.

Y ni jet lag ni nada. Además el primer día ya estaban una manada de americanos en mi casa. ¿cómo puede ser ésto?

Jacob no se iba a librar de comer una auténtica paella valenciana.

Y los fines de semana los organizábamos los padres. nos juntamos unos cuantos y nos fuimos a cenar en barcas a la Albufera tras la puesta de sol. Es una excursión increíblemente bonita y agradable.

Increible pa plasticidad de la puesta de sol en La Albufera de Valencia.

bebiendo en mitad de la Albufera y con la puesta de sol
