Día perfecto de abril. Soleado y con la temperatura justa. Nada que hacer. Y se me ocurre…¿sabes jugar al golf? ¿quieres intentarlo? Esta no sabe decir que no, así que me fui a por los palos y las pelotas de entrenamiento.
Aquí la vemos preparada:
Y aquí demostrando su estilo. He de reconocer que no tenía el mejor profesor, je je.