Esta vez fue espectacular. Tuvimos mala suerte porque el sitio donde queríamos almorzar estaba cerrado, así que tuvimos que seguir pedaleando buscando otro sitio. Pero Paco G nos dijo que un amigo suyo tiene un restaurante en Nazaret. Nos esforzamos por llegar y lo conseguimos.
Aquí no se ve el almuerzo, que vimo precedido de una ensalada espectacular y luego esos bocatas que se cogen a dos manos.
El punto final con un cremaet hecho con mucho mimo.


