Y es lo que hicimos. Yo me bajé en Metro hasta Valencia y allí ya quedé con Esteban, Grau y Fernandéz y a darnos un paseito por el río y hasta El Saler. Era una prueba de fuego para mi bici, pues apenas la tenía rodada, pero aguantó muy bien.
Esto es incrible. Acabamos de empezar el paseo y ya paramos para hacernos fotos. pero, lógicamente, si no hay constancia para enseñar a los demás lo que hacemos no tiene sentido hacerlo, jaja
Ya estamos en El Saler. Habían nubes, por lo que el día era perfecto para pedalear, porque de frío nada.
Y, lógicamente, si o hay reposición de sales e iones, el paseo tampoco tendría sentido.



